Yaoi en el Aire

Historias de temática yaoi (chico x chico) desde para todos los públicos hasta +18. Historia creadas por Neko-Chan y Chen. Los personajes no nos pertenecen, las historias si.

sábado, 28 de febrero de 2015

Historias de Amor Cruzadas II. (1)

1. Mayordomo Amante.

Por fin iba a conseguir lo que tanto ansiaba. Me había sorprendido recibir una invitación para ir a la Mansión Phantomhive. No podía desaprovechar esta oportunidad.

"CIEL POR FIN SERÁ MIO"

Mire a la persona que tenía enfrente. Claude Faustus. Mi mayordomo demonio. Nunca sonreía y eso me estresaba. Daba igual lo que hiciera que él  nunca sonreía. Muy frustrante.

Íbamos en el carruaje camino de la Mansión Phantomhive. Claude enfrente de mi. Yo enfrente de Claude. El miraba a la ventana pensando en sus cosas... En el alma de Ciel, más concretamente. Sabía que ansiaba su alma más que la mía ya que había sido corrompida por mi padre adoptivo. Apostaría mi vida a qué la la de Ciel no era tan pura como hacía creer el resto del mundo.

Mira descaradamente a mi mayordomo, pero él ni se inmutó. Inflé las mejillas. Necesitaba captar su atención porque estabs empezando a necesitar que me diese mimos.

-Claude~

No me miró. Utilicé un tono de voz aún más aniñado.

-Claude ~

Siguió sin prestarme atención. Tuve que revanarme los sesos para encontrar el modo de que me prestara atención. Nuestros asientos estaban muy cerca por lo que se me ocurrió la idea perfecta para llamar su atención. Apoyé el pie en su regazo e hice presión ahí. Eso sirvió para que Claude me prestara atención.

-¿Sucede algo amo?

-Necesito mimos Claude...

-Entiendo amo.

-Dame mismos Claude. Es una  orden.

-Yes, your Highness.

Me encantaba lo dispuesto que estabas siempre para mí y lo rápido que se encendía. Sin casi darme cuenta ya había desaparecido toda la parte de abajo de mi ropa y su  miembro estaba fuera de sus pantalones. Me subió su regazo y empaló con su enorme miembro.

Al principio sentí mucho dolor ya que parecía que me había partido en dos. Para que no sintiera tanto dolor, Claude empezó a acariciarme. El dolor fue disminuyendo, hasta qué, fue reemplazado por un placer exquisito.

Empecé a cabalgarle, primero muy despacio para ir progresivamente acelerando el movimiento. Las fuerzas empezaron a abandonarme. Claude me agarró de las caderas y me movió a un ritmo frenético. Acabamos a la misma vez, el dentro y yo entre nuestros pechos. Sin saber cómo limpio nuestros pechos de tal forma que no se notaba ni una sola marchita.

Le di un achuchón pero el casi ni se inmutó. Otra vez me deprimia. Claude pareció notarlo ya que me tomó la barbilla y me elevó el rostro. Nuestras miradas se conectaron. Mis ojos celestes y sus ojos violetas.

-No se aflija mi señor.

Y dicho esto me besó. No era la primera vez que lo hacía pero era muy raro que lo hiciera.

-Señor Trancy, ya estamos en los territorios del Conde Phantomhive.

Perfecto, pronto conseguiría lo que más ansiedad en este mundo.

"CIEL, SERÁS MIO"

CONTINUARÁ

PRÓXIMO CAPÍTULO : MAYORDOMO OBSERVADOR

ESCRITO POR : NEKO-CHAN

sábado, 21 de febrero de 2015

Un lio de pelotas (III)

No pudo completar la frase ya que empezamos a oír ruidos en el piso de arriba.

-Parece que los rumores son ciertos.

-¿Qué rumores?

-Qué Nishinoya-Senpai y Asahi-San son pareja.

Entonces algo en mi cabeza se encendió. Ahora comprendía todas las malas caras de Kageyama.

-Por eso quisiste venir conmigo. Para que no pasarse la noche sólo soportando esto

-Más o menos.

-Gracias Kageyama. Te quiero.

Kageyama abrió un montón los ojos y yo me tapé la boca. Se me había escapado de la forma más tonta. Me tapé la cara con las manos muerto de vergüenza. Kageyama me besó tiernamente las manos y yo las aparté para poder mirarle a los ojos.

-Kageyama... yo...

-No digas nada Hinata. Antes no me dejaron demostrarte ni decirte mis sentimientos.

-¿Cómo?

-Yo también te quiero Hinata.

Noté que mi corazón se desbocaba. Nunca llegué a creer que Kageyama pudiera corresponder mis sentimientos. Kageyama secó con cariño las lágrimas que sin darme cuenta que caian de mis ojos.

-Deja de llorar Hinata.

-Es de felicidad.

-Idiota.

Me abrazó cálidamente y oculteé la cara en su pecho, aspirando su aroma. Hizo que alzara  la vista colocando con gentileza su mano en mi barbilla. Lentamente fui acercando mi rostro al suyo y fui cerrando los ojos. El contacto entre nuestros labios fue perfecto, delicado y hermoso. Nuestros labios encajaban a la perfección. Nos separamos y volvimos a darnos un beso corto pero lleno de amor.

-Te quiero.

-Te quiero

-Te amo

-Te adoro

-Te necesito.

-Yo también te necesito Hinata.

Nos quedamos dormidos abrazados con una sonrisa en nuestros rostros mientras que Nishinoya-Senpai y Asahi-San continuaban con su fiesta personal. Al día siguiente casi nos da un ataque cuando les vimos mirándonos fijamente.

Actualmente, ocultamos nuestra relación como buenamente podemos, pero es inevitable no notar el sentimiento de amor que hay entre Kageyama  y yo. Cuando estamos solos en su casa, podemos decir muchas veces que arde Troya, Atenas y Esparta.

Lo único que puedo decir es que amo con toda mi alma a Kageyama y que como el resto se entere,  vamos a acabar metidos en un lío de pelotas.

FIN

ESCRITO POR : NEKO-CHAN

sábado, 14 de febrero de 2015

No sólo mato demonios (II)

Bueno, pues esta historia empezó bien. Dentro de lo que cabe. Pero, os preguntaréis, ¿qué pasó después? Pues aquí está la cosa. Los encuentros se sucedieron y se hacían más notorios en Alec. Estaba cariñoso, sonreía y hasta hacía bromas. Alguno de los que le conocían y que vivían con él  (Jace más concretamente), comenzó a sospechar. Pero ahora, Alec tenía razones para que estuviera feliz y era que por fin su amor era correspondido.

Pero creo que no sería muy de buena persona contar como las marcas de mordiscos empezaron a aparecer por todo su cuello y su espalda. Eso no voy a contarlo. Os contaré una de las citas más románticas e improvisadas que tuvieron Alec y Magnus.

♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

Jace había conseguido librarse de estar encerrado en una de las celdas de la Ciudad de Hueso pero seguía su encarcelamiento, ahora en casa de Magnus Bane. Alec se encontraba en la puerta de su... Del brujo cuando vio acercarse a Clary y Simon. Juntos, llamaron a la puerta y el propietario les abrió con una sonrisa. Les dejó pasar diciéndoles que Jace se encontraba en la habitación e hizo que Alec se rezagara un poco. Cuando la "parejita" entró en la habitación, cogió a Alec por la cadera haciendo que se acercara y le dio una apasionado beso en los labios.

Alec se sorprendió pero en ningún momento le apartó sino que respondió a su beso. Se separaron de los labios del otro por la necesidad de oxigeno y entonces el brujo habló.

-Te he echado de menos preciosidad.

Un Alec con las mejillas sonrojadas y respiración jadeante habló.

-Ya lo sé. Siempre me lo dices.

-Preciosidad, no te pongas así. Es mi forma de demostrarte lo que siento.

Magnus, que aún tenía las manos en las caderas de Alec, empezó a balancearse de derecha a izquierda con un leve puchero en los labios.

-No hace falta que pongas esa cara. Yo también te he echado mucho de menos brujo tonto.

Alec pasó sus manos por el cuello de Magnus y le dio un beso pequeño pero el brujo no le permitió separarse.

-Para Magnus. Al final nos van a pillar.

-Qué nos pillen. Me da igual.

-¡Alec! ¡Magnus! ¡¿Venís ya o que?!

-Vamos. Cuando todo se relaje podremos pasar tiempo juntos.

-Prometemelo por el Ángel.

-Lo prometo por el Ángel. ¿Te vale?

-Si. Ahora vamos con tus amigos.

♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

Vale, de momento todo normal. Nada fuera de lo normal. Voy a ir a modo super rápido para evitaros detalles sin importancia. Así que voy a tatuar me la runa de la supervelocidad con mi estela... vale, estaba de broma.

En el tiempo que estuvieron en casa del brujo, Alec recibió dos llamadas: la primera de su madre y la segunda de su hermana Isabelle. Esta última le dijo que había conseguido una audiencia con la reina Seelie. Para que Jace pudiera ir a la corte Seelie (reino de las hadas), Alec se quedó en casa de Magnus para ocupar el lugar de Jace.

A partir de aquí empieza la cita romántica improvisada.

♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

Alec se encontraba tumbado en la cama de Magnus con la cabeza apoyada en su hombro mientras veían la isla de Gilligan. En todo el rato que veían la tele, se hacían algún que otro arrumaco y cada vez le prestaban menos atención. Magnus cada poco le demandaba un beso en los labios Alex y cuando no le hacía caso le besaba (o más bien dicho le mordia) en el cuello.

-Magnus, podrían regresar en cualquier momento.

-¿Es que ya no me quieres?

-Claro que te quiero, pero no quiero imaginar si nos descubriesen.

- Tranquilo, la puerta está cerrada con una llave mágica.

-Vale.

Alec beso en los labios de Magnus y el correspondió al instante.  Magnus fue tumbando lentamente a  Alec en la cama hasta que el brujo estuvo encima del cazador de sombras. Se besaron sin acordarse de respirar. Alec pasó sus manos por el cuello del brujo haciendo que sus dedos se entremezclasen  con su pelo. Magnus paseó sus manos por el pecho de Alec metiéndose por dentro de su camiseta negra subiendola poco a poco, descubriendo su bien trabajado pecho lleno de marcas de runas. Beso cada centímetro de su piel marcada haciéndole cosquillas. Bajó desde sus labios a su cuello, el cual marcó a conciencia para que se notase más que la marca que le había dejado una runa curativa.

- Magnus no tan fuerte

-Tranquilo pequeño, nadie lo notará.

Alex quiso rechistar pero las palabras no salieron de sus labios porque Magnus volvió a atacar sus labios mordiendolos y maltratandolos. Siguió besándole por el pecho hasta que sus labios se toparon con sus oscuros pezones. Primero besó uno para después metérselo todo en la boca y morderlo. Leves jadeos fuerom saliendo de la boca del cazador, cosa que gustó al mago y le hizo proseguir, esta vez maltratando el otro pezón de Alec. Cuando el brujo se cansó, continuó el camino de besos hasta de tenerse en el ombligo del chico. Le miró a los ojos y lo que vio le volvió loco. Alec, totalmente rojo, con los ojos llenos de deseo y mordiéndose el labio inferior para no gemir.

-¿Mi cazador de sombras quiere más?

-Si... Lo quiero todo...

-Pues Magnus Bane, el Gran Brujo de Brooklyn te concederá tu deseo.

Metió la lengua en su ombligo mientras desabrochada los pantalones para después bajarlos y quitárselos. Miro el bulto que asomaba de la ropa interior y se relamío los labios.

-¿Ya estás así?

- Tú lo has provocado.

-¿Qué dirían tus amigos Cazadores de Sombras si te vieran de esta forma?

-Cállate.

-Callame.

Alec utilizó toda su fuerza para conseguir quedar encima de él. Le besó los labios mientras le desabrochaba la camisa y los pantalones. Fue bajando sus besos hasta  el elástico de sus calzoncillos y al ir a bajarlos, Magnus le paró.

-No hace falta que lo hagas. Se que no te gusta hacerlo.

-Pero...

-Nada de pero preciosidad.

Le dio un beso en la frente y le quitó la única prenda que le quedaba, dejandole totalmente desnudo para después quedar en las mismas condiciones. Se mordió el labio al tener a Alec tan indefenso ante él. Sólo para él.

-Hazlo ya.

-Sabes que si no te preparo te dolerá.

-Me da igual. Hazlo Magnus.

-Cómo desees.

Magnus colocó las piernas de Alec en sus hombros. Posicionó su miembro en su entrada y lentamente fue entrando en él. Cuando consiguió entrar totalmente, vio que Alec tenía lágrimas recorriendole las mejillas.

-Te dije que te dolería, preciosidad.

-No me duele tanto.

-Entonces todo bien. Ahora intenta no gritar.

Magnus no se andó con ningún miramiento. Desde el principio asestó embestidas duras, rápidas y certeras que hacían gemir como un loco a Alec. Magnus tuvo que besarle para que no se escuchasen sus gemidos. Alec acabó viniendose en su pecho, pero Magnus no. Era la primera vez que eso pasaba y Alec se asustó. ¿Y si le había mentido? ¿Y si solo era un juego? Magnus se dio cuenta del gesto que había en su rostro y le tranquilizó.

-Pero que poco aguante tienes hoy preciosidad. Vamos a por la segunda ronda.

Hubo una segunda ronda, una tercera, hasta una quinta ronda. Estaban agotados de tanto ejercicio. Alec descansaba boca abajo en la cama mientras que Magnus le miraba con una sonrisa tierna y le acariciaba sus negros cabellos. Alec abrió los ojos y le dedicó una sonrisa llena de cariño. Magnus le besó y él le correspondió.

-¿Cómo estás?  ¿Te duele algo?

-Estoy bien,  aunque me está matando un poco la cadera. Cómo no pueda andar o se me note algo de lo que hemos hecho te mataré.

-Jajaja. Se nota que te gusta matar demonios.

-No sólo mato demonios, también puedo amarte.

-Ya lo sé, se que no serias capaz de matarme. Pero no se la razón.

-Porque te quiero Magnus.

-Yo también te quiero Alec.

♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

Bueno, pues hasta aquí este relato termina. Se que dije que no contaría nada íntimo de ellos dos pero sabía que os gustaría conocer los detalles ocultos tras su historia.

Voy a decirle a Clary que me prepare una runa del olvido para que olvidéis esta historia. Pero en lo que la hace seguir disfrutando del día y recordar las palabras que Alec le dijo a Magnus.

-"No sólo mato demonios, también puedo amarte."

FIN

ESCRITO POR : NEKO-CHAN

viernes, 13 de febrero de 2015

No sólo mato demonios (I)

Como empezar a contar una historia que es secreta y prohibida. Y peligrosa. Y excitante.

Se supone que los hijos de los nefilim matan a aquellos demonios y/o subterráneos que se saltan las leyes que se impusieron en los Acuerdos. Pero, ¿qué sucede si un hijo de nefilim incumple alguna de esas leyes? ¿Se le mata? No del todo. Le llevan a las celdas de la Ciudad de Hueso donde no llega la luz del sol.

Ahora bien, ¿qué nos importará esto a nosotros, simples mundanos, que no somos capaces ni de levantar la vista de nuestros móviles? Pues mucho.

Alec Lightwood, es un cazador de sombras, un hijo de los nefilim. Alto, musculoso, ojos azules, pelo corto negro, lleno de marcas de runas como cualquier cazador de sombras. 

¿Cuál es su "primer problema"? Su sexualidad. Le gustan los hombres. Cosa que la Clave no ve muy bien y condena, ya que no puede dar lugar a nuevos cazadores de sombras por lo que desde siempre tuvo que ocultar lo que sentía. Desde hace bastantes años, estaba enamorado de Jace Wayland. Jace era su mejor y era como un hermano para él. Pero el amor es ciego y no entiende ni de relaciones familiares ni afectivas. Pero desde que llegó esa mundana, Clary, se sentía cada vez más lejos de él y eso le partió el corazón en mil pedazos. Cosa que otra persona utilizó a su favor. 

¿Cuál es su "SEGUNDA PROBLEMA"? Que un mago, brujo, hechicero, como queráis llamarle, le robó el corazón. ¿Cómo pasó eso? Pues veréis....

♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

Alec no estaba muy emocionado con esto. Esa estúpida mundana de Clary le estaba robando lentamente a Jace, su mejor amigo y el chico del que estaba secretamente enamorado. ¿Es que no se daba cuenta de que le iba a hacer daño? Junto con su hermana Isabelle, Jace y los dos mundanos, Alec fue a la fiesta de Magnus Bane, el Gran Brujo de Brooklyn. Hasta aqui todo fue normal hasta que el brujo soltó.

-Pero os dejaré quedaros solo por el bellezón.

-Gracias- Respondió Jace con falsa modestia.

-¿Qué? - En silencio se miraron unos a otros- Me refiero a él. El de los ojos azules.

Sin poder evitarlo, Alec se sonrojó y sintió como su corazón latía más rápido. Apartó la mirada para que nadie pudiera percibirlo pero el brujo si pudo hacerlo.

♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

Pero por eso no fue por lo que nuestro querido cazador de sombras se enamorara del mago. Ni mucho menos. Ni siquiera lo supo en ese momento, sino cuando su corazón no dejó de latir gracias a la ayuda de Magnus Bane.

♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

Magnus Bane se encontraba tan tranquilamente tirado en el sofá que había en su habitación cuando oyó algo como fuego arder en su salón. Astiado, se levantó y vio que que en la chimenea había fuego y un papel en el suelo. Lo cogió y lo leyó.

Ven lo más raudo que puedas a Instituto. Un demonio mayor ha herido de gravedad a Alec Lightwood. Hoheg

Alec... Alec... ¿De que le sonaba a él ese nombre? El ojazos azules cazador de sombras. Realmente le había gustado ese chico. Sin ni siquiera esperar un segundo se encaminó a salvar a su "pequeña" preciosidad de las garras de la muerte.

De haber sido otra persona, no se hubiera tomado tantas molestias ni tanta premura, pero la verdad es que ese chico valía la pena y además al salvarle le debería una y grande.

Llegó a Instituto y sin perderse por aquellos pasillos llegó a la enfermería donde se aproximó hasta la cama de Alec y le acarició sus negros cabellos sin que los allí presentes se dieran cuenta.

Le pasó una lista a la hermana de Alec y esta se fue con el mundano que se transformó en rata en su fiesta para conseguir todo lo que necesitaba para salvarle. En gran cantidad había dicho que trajera lo necesario. Cuando ya no estuvieron, volvió a acariciar los cabellos del chico con ternura y se inclinó para susurrarle al oído.

-Tranquilo preciosidad. Voy a salvarte porque perderte seria un crimen imperdonable.

Se acercó lentamente a su rostro y empezó a depositar pequeños besos en su rostro hasta unir sus labios en un tierno beso. El primero de muchos besos que se darían y que harían más fuerte su lazo de unión.

CONTINUARÁ

ESCRITO POR : NEKO-CHAN

Un lio de pelotas (II)

Llegamos a la Preparatoria y cada uno se dirigió a su casa. Yo fui junto con Asahi-San, Nishinoya-Senpai y Kageyama a casa de Nishinoya-Senpai. Vivía relativamente cerca de la estación, en otras palabras, vivía bastante lejos, por lo que tardamos bastante en llegar. A mi se me hizo más largo ya que tuve que llevar mi bicicleta conmigo.

Noté que alguien cogía del manillar e intentaba quitármela. Me tensé al pensar que intentaban robarme la bici, pero al darme cuenta de que era Kageyama me relajé. Le dejé que la llevara el resto del camino ya que no me dejaba volver a cogerla.

Llegamos por fin a la casa de Nishinoya-Senpai medio muertos por el cansancio. Dejamos la bicicleta en el garaje y entramos. Su casa era igual que la mía solo que sin tantos peluches. Culpa de mi hermana pequeña.

-Sentiros como en vuestra casa.

Pasamos el resto de la noche  omo si estuviésemos de acampada. Nishinoya-Senpai pidió pizza y entre Kageyama y Asahi-San se ocuparon de preparar donde dormiriamos. Yo, mientras tanto, salí para hacer una llamada.

"-¿Sí? "

-Kenma, soy Hinata.

"-Ho-hola Shoyo... ¿Sucede algo?"

-No, te dije que te llamaría.

"-Ah... Ah... Kuro para..."

"-¡Joder! Te espero en la cama"

Me sonrojé al oír aquello. Parecía que les había interrumpido.

-Kenma perdona.

"-Tranquilo Shoyo. ¿De que querías hablar?"

-No entendí lo que me dijiste antes.

"-A veces eres demasiado inocente."

-¿Cómo?

"-¿Tú no te has dado cuenta de cómo TU armador se puso después de lo que hice?"

¿Kageyama lo había visto? No podía ser... Seguro que ya no volvería a levantarla para mi.

"-Se le notaba celoso. Seguro que le gustas."

-¿Yo le gusto?

"-Deberías decirle tus sentimientos. Hazlo cuanto antes."

-Gracias Kenma. Te haré caso.

"-Asi me gusta Shoyo. Bueno, ya hablamos otro día. Adios."

-Adiós.

Si era cierto que le gustaba a Kageyama no iba a perder la oportunidad. Yo estaba y estoy super enamorado de Kageyama y cada vez que la levantaba era como un regalo que me hacía la persona que amaba.

Volví dentro de la casa y me di de bruces con el dueño de mis suspiros.

-¿Qué hacías fuera Hinata?

-Estaba hablando por teléfono...

-¿Con el armador del Nekoma?

-Si... Es mi amigo...

Agaché la cabeza y vi como apretaba los puños.

-Pues tal vez deberías irte con él a Nekoma y dejarnos en paz.

Eso me dolió. Muchísimo. Yo le quería y me soltaba eso. No me di cuenta de que había empezado a llorar. Fui corriendo hasta el baño donde me encerré para llorar. Al cabo de un rato, oí unos golpecitos en la puerta.

-Hinata perdona... No quería decirte eso. Perdóname por favor.

Permanecí sentado en el baño llorando un poco más antes de salir. Vi a los tres sentados alrededor de la mesa esperándome para cenar. Kageyama me vio y rápidamente se levantó y me abrazó. Yo le devolví el abrazo.

-Perdóname Hinata. No quería hablarte de ese modo.

Le miré a los ojos ya que el había puesto su mano en mi barbilla y me había levantado el rostro. Lentamente nos fuimos acercando hasta que nuestros labios casi se rozaron.

-Ejem... Ejem...

Nos separamos muy rojos. Nos habíamos olvidado que estábamos en casa de Nishinoya-Senpai. Comimos tranquilamente entre risas recordando el partido que habíamos jugado contra Nekoma y del lenguaje que solo Nishinoya-Senpai y yo entendíamos. Después, nos metimos en el único saco que tenía Nishinoya-Senpai e intenté dormir. Pero era imposible. Estaba durmiendo con Kageyama en un espacio reducido, a cada movimiento que hacíamos nuestros cuerpos se rozaban. Me estaba volviendo loco. 

Esperando que Kageyama estuviese dormido, me giré para poder mirarle. Creí mal. Justo cuando yo ya me había girado, tuve que cerrar los ojos para cuando Kageyama terminara de girarse creyera que estaba dormido. Sentí su respiración chocando contra mi rostro y su mano acariciando mi pelo. Abrí lentamente los ojos y me sonrío.

-¿Kageyama?

-Vuelve a dormir.

-No puedo...

-Inténtalo.

-Kageyama, ¿Por qué estás celoso de Kenma? El es mi amigo y ya tiene novio.

-No me puse celoso... Es solo que...

-¿Sólo que?

-Hinata... tu me...

CONTINUARÁ

ESCRITO POR : NEKO-CHAN

viernes, 6 de febrero de 2015

Shadow and Light (Especial)

Por fin llegó mi momento. Había sido la mejor fiesta de la Generación de los Milagros a la que había asistido. Y todo gracias a Aominecchi. Me había arreglado el cuerpo con su... Es la cosa más grande que he visto y que he tenido dentro. Me dolía todo el cuerpo. Me giré y vi que Aominecchi aún seguía dormido. Después de seis horas sin parar, cualquier no estaría cansado. Yo estoy despierto porque tengo que irme a trabajar. Es lo que tiene trabajar de ser modelo. Beso a Aominecchi y suspiro.

-Te quiero Aominecchi. Ojalá algún día estemos juntos.

Aunque nuestra situación actual también está bien. Aún después de todo lo que bebí ayer, recuerdo perfectamente lo que pasó la noche anterior.

FLASBACK

Tenia un plan. Iba a conseguir que Aominecchi me deseara por una noche. Me gustaría más que se enamorara de mi pero eso jamás pasaría. Kurokochin había ido sigilosamente tras Aominecchi y Kagamicchi. Era mi oportunidad.

Pedí un whisky doble para Aominecchi y un ron-cola para mi. Vertí unos polvitos en la bebida de Aominecchi y lo agité para que se disolverse. Esta vez no me arrepentiria.

Aominecchi volvió con una sonrisa en el rostro pero también se le notaba cabreado. Le di el vaso y se lo tomó de un trago. Ya estaba todo hecho.

Permanecí todo el rato a su lado. Cuando fuimos a la pista de baile noté que lo que le había echado ya le estado haciendo efecto. Sonreí para mis adentros. Llegó el momento de la victoria. Aominecchi me volteó y me pegó un morreo de la hostia. Al segundo le correspondí. Salimos todos de la fiesta y puede ver como Kurokocchi se iba con Midorimacchi y Takaocchi.

Nos subimos a mi coche y el ambiente se volvió muy tórrido. Mientras intentaba conducir, Aominecchi me atacaba el cuello al igual que mi entrepierna. Paré el coche en un descampado y me lancé sobre Aominecchi atacando su cuello y sus labios.

Nos trasladamos a la parte de atrás del coche y empezamos a quitarnos la ropa. Con toda mi fuerza de voluntad, conseguí que Aominecchi parara de calentarme y puede volver al volante.

Llegamos a mi casa con suerte ya que Aominecchi casi produce que nos la pegasemos. Cuando llegamos a la habitación, ya habíamos perdido casi toda la ropa. Aominecchi me lanzó a la cama y se subió encima mía. Le aparté como pude y empecé a cabalgarle.

Le dijo de todo. Que le quería. Que no podía vivir sin él. Que le quería solo para mí. Él en ningún momento me dijo nada. Fueron seis benditas horas de placer desmesurado aunque sentía como mi corazón sangraba.

FIN DEL FLASBACK

Preparo el desayuno y siento como unos brazos rodean mi cintura.

-Kise... Vuelve a la cama.

-Aominecchi, tengo que ir a trabajar.

-No... Vuelve a la cama...

-Pero Aominecchi...

Me giro y él aprovecha para besarme. Correspondo a su beso. Era tierno. Dulce. Me gusta. Nos separamos y veo que Aominecchi tiene los ojos brillantes.

-Kise se que me quieres y quiero que me ayudes a quererte.

-¿Co-cómo?

-Por la mañana estás muy espeso Rubia. A ver si así lo pillas.  Quiero que me ayudes a olvidar a Tetsu.

No digo nada. Podría morir de alegría. Quería que lo dijera todo.

-¡Joder Rubia! Que quiero que seamos pareja.

Me lanzo a su cuello y se beso. Desde que le conocí he soñado con este momento.

-Claro que quiero que seamos pareja.

El plan ha sido un éxito rotundo y creo que esto durará durante mucho mucho tiempo.

FIN

ESCRITO POR : NEKO-CHAN

Un lio de pelotas. (I)

Yo pensaba que el volleyball era un deporte de chicas pero todo cambió cuando vi jugar al Pequeño Gigante. Empezó a gustarme el volleyball y empecé a jugarlo. Creé mi propio equipo en la secundaria e intentamos competir en los preliminares de la Inter - High pero fuimos eliminados en el primer partido contra "El rey de la pista".

Ahora estoy en la Preparatoria Karasuno. El equipo en el que jugó el Pequeño Gigante.

-¡HINATA!

No me dio mucho tiempo para poder reaccionar. Recibí el balón que había lanzado el rematador del Nekoma con la cara. Caí al suelo medio atontado. Todo mi equipo y el del Nekoma se acercaron para ver que estaba bien. Decidieron detener el partido ya que era el tercer partido de práctica que jugábamos esa tarde.

Me llevaron a la enfermería donde el rematador del Nekoma se disculpó durante un buen rato por haberme golpeado. Kageyama le gritó cabreado y cansado de oírle disculparse.

Cuando se cercionaron de que estaba bien, pudimos volver a casa. Antes de irnos, fui a despedirme del armador del Nekoma, Kenma, mi mejor amigo.

-¡Kenma!

-Shoyo, ¿Estás bien?

-Si, no te preocupes. Suelo recibir siempre golpes como ese.

Kenma se me quedó mirando. No, miraba detrás de mí. Fui a girarme pero me detuvo colocando sus manos en mis hombros. Me puse rojo como un tomate cuando Kenma se acercó a mi oído para susurrarme algo.

-Ya me agradecerás esto cuando puedas.

Me dio un beso en la mejilla y empezó a caminar dándome la espalda.

-Nos veremos en la Inter - High, Shoyo.

-Adios Kenma.

Me llevé  la mano a la mejilla. ¿Qué acababa de suceder? ¿Qué significaba eso de que "ya me lo agradecerás esto cuando puedas? No me gustaba mucho esto. Me dirigí a donde estaba el resto del equipo. Los ánimos estaban muy animados, a excepción de Kageyama. Se le veía enfadado y me miraba como con odio. Subimos a nuestro autocar y me senté al lado de Kageyama. Tenía la cabeza apoyada en la ventana con los ojos cerrados. Me daban ganas de acariciarle el pelo pero siempre me contenía. Recibí unos golpecitos en el hombro y me giré para ver quien había sido.

-Nishinoya-Senpai, ¿qué sucede?

-Esta noche vente a mi casa. Asahi-San viene a dormir y así nos lo pasaremos bien. ¿Qué me dices?

-Me parece genial.

De repente sentí unos ojos clavados en mi espalda. Me giré lentamente y vi que Kageyama estaba rojo de ira.

-Yo también voy.

-Perfecto. Cuántos más seamos mucho mejor.

CONTINUARÁ

ESCRITO POR : NEKO-CHAN