2. Murashakibara x Himuro. Un mes después.
Los días siguientes a ese "accidente" fue un tanto raros. Muro-chin me esquivaba en clase y en los entrenamientos yo no daba una a derechas. Había cometido un grandísimo error. Además, quién se va a fijar en mí. Si viviera en el mundo de Shingeki no Kyojin sería un titán por mi altura.
Lo que más me sorprendió de todos esos momentos fue lo que fui sintiendo por Muro-chin. Cada vez que veía la nota de una admiradora sobre su mesa o en su taquilla empezaban a enterarme los celos y... Mi forma de ser dulce cambiaba a una forma sádica.
Un día, seguí la estrategia de sus admiradoras, pero tal vez me descubrí demasiado, ya que deje la carta en la taquilla... En la taquilla del equipo de basket.
Le esperé en el pequeño patio que había detrás del instituto. Para amenizar la espera, me puse a comer dulces, algo poco común en mí (nótese la ironía). Tres bolsas de dulces más tarde, Muro-chin llegó. Al verme alzó una ceja.
-¿Qué haces aquí?
- Esperar a alguien.
Muro-chin sacó del bolsillo de su pantalón la carta que le había dejado.
-¿ Has sido tú?
-¿ Y que pasa si he sido yo?
- Que entendería porque me besaste cuando ganamos el Campeonato.
- Fue la emoción del momento.
-¿Y ahora?
No me di cuenta, de que se había acercado peligrosamente a mí, pero no hice nada para apartarle.
-¿ Y ahora, qué?
-¿ Qué sientes?
- Descúbrelo tú mismo.
Se acercó todo lo que pudo hasta que no quedó ni un milímetro entre su cuerpo y el mío. Puso sus brazos en mi nuca y acercó sus labios a los míos. Cómo veía que no iba a llegar a mis labios, me agaché lo justo para que el consiguiera besarme. Cerré los ojos esperando un beso que no llegaba. Abrí los ojos un poco y vi que Muro-chin estaba en la misma posición. ¿ No iba a besarme?
- Sientes algo por mí y bastante grande la verdad. Pero siento decirte que no es correspondido.
Me cabreé de una manera tal que le cogí del cuello de la camisa y presioné mis labios contra los suyos de forma violenta. Me sorprendí a notar que no rechaza a mis labios sino que los aceptó y de buen grado. Me separé de sus labios y con la voz un poco alterada le dije.
-¿ Pero tú no me correspondías?
-¿ Y tú no sentías nada por mí?
Desde ese día no volvimos a separarnos y nuestro amor se volvió muy salvaje.
CONTINUARÁ...
ESCRITO POR: NEKO-CHAN
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