4. Ese mayordomo obediente.
Era de noche. En el gran salón se estaban enfrentando el Bocchan y el duque Trancy en una batalla de indirectas. Sabia a lo que aquello iba a desembocar esta situación. Prestemos atención a su conversación.
-No entiendo como tu llegaste a ser duque, parece que los chimpancés ya podrán reinar.
-Ciel, pienso lo mismo. Tus padres eligieron mal al aceptar a un chucho en la empresa. Los empleados recibirán muchos regalitos.
-Al menos en mi Mansión no hay bichos asquerosos por todos lados.
-Al menos en mi Mansión no está rodeada de pedantes.
-¿Pero el pequeño duque sabe lo que significan sus insulsas palabras?
-Ciel, yo salgo de los muros de mi Mansión, no como otros, que a saber que hacen tanto tiempo encerrados en casa.
-Al menos recibo el cariño de alguien, no como otros.
-Al menos a mis padres no les asesinaron haciéndoles a la parrilla.
La cena acabó sin mayor incidente que un cuchillo lanzado hacia Ciel o una copa hacia el duque. Acompañé al Bocchan hasta su habitación. Entramos y cuando me dispuse a cambiarle de ropa, me paró.
-¿Qué sucede?
-Tú también te has dado cuenta de lo que ha pasado esta noche, ¿verdad?
-Si, un poco más y hay un accidente.
-Eso es lo que pretendía.
-No entiendo.
-Mayordomo estúpido. Esta noche me cobraré mi venganza. Distrae a su mayordomo mientras yo me ocupo de él. ¡Es una orden!
Inché una rodilla en el suelo y dije:
-Yes my lord.
Salí de la habitación y me dirigí al bosque que había detrás de la Mansión, donde intuí que la araña estaría. Era hora de acabar con los insectos molestos que rompían la paz y la tranquilidad de mi Bocchan.
CONTINUARÁ
PRÓXIMO CAPÍTULO : ESE MAYORDOMO EJECUTA
ESCRITO POR : NEKO-CHAN
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