Meses después
De momento todo iba bien. Iba muy bien. Haru y yo estábamos juntos, pero no se lo habíamos contado ha nadie, aunque parecía que Nagisa ya lo supiera.
Haru y yo estábamos en su casa. Habíamos pasado una de las noches más inolvidables que habíamos pasado. Nos habíamos unido el uno al otro.
Haru dormía tranquilamente cabeza a abajo agotado por el ejercicio que habíamos hecho esa tarde. Le acaricié sus oscuros cabellos con ternura repartiendole besos por las marcas que le había dejado. Tal vez me había sobrepasado un poco para ser la primera vez que ambos lo hacíamos.
Había sido muy cuidadoso en todo momento. Siempre pendiente de él, de sus gestos. No quería hacerle daño y que me abandonara. Pero en ningún momento se quejó. Bueno, cuando... Como explicarlo sin que suene mal... Me fui introduciendo en Haru. Que vergüenza contarlo. No entraré en detalles.
-¿Makoto?
No me había dado cuanta de que Haru había despertado. Estaba tan guapo recién despierto: con su pelo negro despeinado y sus ojos azules medio despiertos. Era para comérselo.
-Estoy aquí Haru. ¿Cómo estás? ¿Te duele algo?
-Me siento cansado y me molesta un poco la cadera.
-Lo siento, creo que me pasé un poco.
-Tranquilo Makoto. Fue muy bonito.
-Gracias cariño.
Él se giró lentamente. Le di un tierno beso en los labios para después abrazarle. Al poco le solté y me levanté buscando mi ropa interior.
-¿Makoto?
Por fin encontré mis calzoncillos y me los puse. Me giré y vi su cara mostraba miedo. Estaba asustado. ¿En serio creía que me iba a ir?
-¿Qué te apetece desayunar?
Le sonreí y él respiró aliviado. Pasé todo el día cuidando de Haru intentando que se moviera lo menos posible pero no me hizo mucho caso. Sólo se quedó quieto cuando se metió en la bañera para que pudiera limpiarle.
Empecé enjabonandole la espalda para pasar después a sus brazos musculosos. Me encantaban. Bajé la esponja por su pecho deleitandome al pasar los dedos por su "tableta" para llegar a su cadera. En ningún momento me dijo que parara, asique continúe. Acaricié la parte externa de sus muslos. No tenía las piernas tan musculadas como las mías pero estaban muy bien. Continúe acariciando la parte interna de sus muslos. Fui subiendo hasta su... Pequeño delfín y... Estaba dispuesto para jugar... Y... No me hagáis decirlo.
Todo fue genial hasta el día en el que me di cuenta de los auténticos y verdaderos sentimientos de Haru. Me había utilizado. Él en realidad no me quería a mi, solo me utilizaba y yo como un tonto había caído. Esto se había acabado.
CONTINUARA...
ESCRITO POR: NEKO-CHAN
No hay comentarios:
Publicar un comentario