Piscina
Todos sabíamos que este día llegaría. El día en el que Rin-san viniese a por Haruka-senpai.
Estamos en plenas vacaciones de verano, disfrutando de la piscina donde Nagisa-kun y los otros trabajaban. Tan tranquilos estamos que no nos dimos cuenta de que alguien había entrado y nos estaba observando.
Makoto-senpai y yo miramos como una nadaban nuestras parejas. Se notaba la felicidad y el amor en el ambiente. Y pensar que no quería unirme al club de natación. Tendría que haberlo hecho antes.
-Sabes Rei. Desde que somos pequeños he estado enamorado de Haru. Siempre he intentado hacerle feliz. Pero cuando se fue con Rin, deseé que su relación acabará mal y él volviera conmigo.
-¿A dónde quieres llegar Makoto-senpai?
- A qué es un ladrón de novios.
Makoto-senpai y yo nos giramos y vimos que de pie estaba Rin-san con cara de estar muy enfadado.
-Rin-san, ¿qué haces aquí?
- Venir a por lo que es mío.
- Aquí no eres bien recibido Rin. Haru ya no te quiere.
- Porque tú lo digas Makoto. Haru es mío.
Rin-san agarró del cuello a Makoto-senpai y empezaron a golpearse. Me metí en medio para pararles y recibí un puñetazo por parte del pelirrojo. Fue ahí cuando Haruka-senpai y Nagisa-kun se dieron cuenta de lo que está pasando. Ambos salieron de la piscina. Nagisa-kun se acercó a mí para ver cómo estaba. Tenía las gafas rotas.
- Parad.
Haruka-senpai se había acercado hasta los que se estaban peleando. El peliazul cayó al suelo. Los deslizadores pararon en seco. Makoto-senpai, lentamente, se fue poniendo de rodillas al lado de Haruka-senpai.
-¿Haru?
Lentamente, Nagisa-kun y yo nos acercamos y pudimos ver cómo Haruka-senpai tenía en labio partido y sangrando.
- Haru, lo siento. No quería golpearte.- Dijo Rin-san tendiendole la mano.
- Lárgate. No quiero saber nada de ti.
- Te lo dije Rin. Haru ya no te quiere.
- Makoto, de ti tampoco quiero saber nada.
Se levantó y se fue. Todos nos quedamos mudos. Makoto-senpai estaba pálido y lloraba.
Makoto-senpai se fue a su casa y Rin-san se fue a su hotel. Nagisa-kun y yo fuimos a casa. Necesitamos olvidar este día tan funesto. Nos llevamos una gran sorpresa al llegar a casa. Haruka-senpai estaba sentado en el suelo, con una pequeña maleta y el labio aun sangrante.
- Me he ido de casa con Makoto. ¿Puedo quedarme aquí?
- Claro Haru-chan.
Entramos en casa. Haruka-senpai se sentó en el sofá del salón. Mientras Nagisa-kun preparaba la habitación dónde dormiría Haruka-senpai, yo me encargaré curarle.
- Haruka-senpai, ¿tienes hambre? Puedo hacerte algo de comer.
- No hace falta Rei. Gracias por dejar que me quede en vuestra casa.
- No hace falta que nos lo agradezcas Haru-chan. Para eso están los amigos. Ya está tu cuarto preparado.
- Gracias Nagisa. Si me disculpais voy a deshacer la maleta.
- Claro. Tómate tu tiempo.
Miramos como Haruka-senpai subía las escaleras con la cabeza gacha. Jamás creí que le vería de esa forma. Me da mucha pena verle esa manera. El Haruka-senpai que yo conocí nos había abandonado para siempre.
CONTINUARÁ...
ESCRITO POR: NEKO-CHAN
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